Un mes en Republica Dominicana, gran experiencia que aquí os voy hablar de una pequeña parte de ella. Experiencia donde pude realizar talleres en los que la felicidad de los niños dependendía simplemente de juegos, juegos que tenían un trasfondo de educación en valores.
Os doy a conocer la cooperación, experiencia que marcó mi vida, he de decir que me confundí puesto que creía que iba para aportar y me aportaron más los niños y adultos con los que traté durante un mes que lo que yo les pude aportar a ellos.
Me llamaba la atención como allí, a diferencia de los niños con los que tengo la oportunidad de realizar otro voluntariado en Sevilla, se divertían jugando todos juntos, sin ningún tipo de juguete fabricado, que si querían algún "juguetes" lo fabricaban ellos con envases, palos y ruedas que ya no se podían utilizar. Que bonito es un columpio hecho con cuerda y una rueda, o un trompo hecho con un tapon y en medio un palillo de dientes. ¿No creeis que estos niños tienen más riqueza creativa que los niños que no saben divertirse sin ningun juguete fabricado o videojuegos?
Bajo mi punto de vista y sobre la experiencia que he tenido es, que una vez más se observa como es favorable cuando los niños se relaccionan entre ellos para jugar, y por otra parte son más los valores que se transmiten a traves de estos juegos en la calles.
Os dejo una parte del Proyecto Batey el cual consistió en una propuesta de mejora de las condiciones de vida de estas comunidades a través de apoyo escolar y alfabetización a niños, talleres formativos de promoción y empoderamiento de la mujer, asistencia sanitaria primaria y puesta en marcha de proyectos sociales comunitarios a través de cooperativas.
